Fotografía de
Marc Giménez |
El arrecife de coral es un paraíso para el fotógrafo. La variedad de color, de especies, la claridad de las aguas, todo juega a nuestro favor.
Son ecosistemas en riesgo inminente de desaparición, se calcula que en las últimas décadas han desaparecido la mitad de los arrecifes del planeta, tanto por factores climáticos como por la explotación de sus recursos. Cuando los fotógrafos captamos imágenes en estos delicados ecosistemas podemos influir de dos formas totalmente opuestas. De forma positiva podemos contribuir con nuestras imágenes a la divulgación de la belleza y de la biodiversidad asociada a esos entornos. También contribuimos a reflejar la desolación que representan los paisajes, cada vez más habituales, de montañas formadas por trozos y restos de corales muertos. Ambos aspectos, la belleza y la destrucción, pueden contribuir a la concienciación colectiva para la preservación de estos ecosistemas. Desgraciadamente también podemos influir de forma negativa si no somos extremadamente cuidadosos a la hora de desarrollar nuestra actividad como fotógrafos. El más mínimo contacto con el arrecife puede provocar la rotura y como consecuencia, la muerte de algunos ejemplares. En un segundo podemos acabar con la vida de individuos que han tardado décadas en desarrollarse. Por ello, nuestro control de flotabilidad debe ser perfecto, en ningún caso debemos tener contacto físico con el arrecife. Antes de disponernos a disparar debemos observarnos a nosotros mismos y a nuestra posición relativa al arrecife, garantizar que estamos totalmente neutros para, a continuación, buscar la posición para conseguir el encuadre que deseamos. El aleteo, siempre que estemos cerca del arrecife, debe ser con las rodillas dobladas a 90º y las aletas hacia arriba. Es la técnica de aleteo que suelen utilizar los buceadores técnicos, entre otras cosas, porque en el buceo en cuevas, evita levantar sedimentos del fondo. En nuestro caso ésto evitará golpear los corales con nuestras aletas. Tenemos que estar pendientes de no llevar elementos colgando que puedan arrastrarse por el arrecife. Un octopus descolgado pude ir “arando” el fondo causando una autentica masacre coralina. En cuanto a ópticas, mi recomendación es que utilicéis preferentemente angulares. Este tipo de ópticas permiten reflejar con mayor espectacularidad y realismo la magnificencia de este tipo de paisajes y de la vida que los habita. La macrofotografía nos obliga a posarnos en el fondo. Por este motivo descartaremos esta técnica fotográfica cuando estemos en pleno arrecife y, en todo caso, la reservaremos para las inmersiones en las que sepamos que disponemos de fondo de arena donde posarnos cuidadosamente al lado de la pared o del pináculo de coral donde tomar nuestras fotografías. En relación a la iluminación decir que vale la pena aprovechar la buena visibilidad que suele haber en estos lugares para utilizar la iluminación con luz natural. Sobre todo a poca profundidad (menos de 10m), ajustando correctamente el balance de blancos, se conseguirán tomas espectaculares que reproducen con fidelidad este tipo de paisaje. Para fotografiar a más profundidad, cuando queramos resaltar los colores en el primer plano o para fotografiar fauna deberemos contar con un buen flash. |