Fotografía de
Lluis Guixeras |
Los arrecifes de coral han interesado a los geólogos desde el siglo XVII -y probablemente antes-, cuando el descubrimiento de fósiles marinos en algunas rocas dio alas a los defensores del Diluvio Universal bíblico. A finales del siglo XVIII, el debate entre plutonistas y neptunistas (o diluvianos) cogió fuerza. Para los plutonistas, las rocas de la Tierra se habrían formado a partir de la solidificación de masas de roca fundida, mediante una serie de procesos que se habrían ido repitiendo a lo largo de la historia del planeta, y que prosiguen en nuestros días. Según los neptunistas, todas las rocas de la Tierra, incluidos el basalto y el granito, se habrían formado por precipitación en un antiguo océano que lo recubría todo. Entrado el siglo XIX, a raíz de la famosa expedición del Beagle, Darwin propuso que los atolones de coral se formaban por el crecimiento vertical de arrecifes de borde alrededor de islas volcánicas que se irían hundiendo, teoría que publicó en “La estructura y la distribución de los arrecifes de coral ", en 1842.
Los geólogos modernos ven los arrecifes de corales como bioconstrucciones, es decir estructuras biogénicas con un gran potencial de preservación en el registro geológico. Los mismos tipos morfológicos de arrecife de coral de nuestro tiempo (de borde o "fringing", barrera, atolones, y de plataforma o en manchas), han existido en el pasado geológico de la Tierra, en condiciones ambientales similares a las actuales. Esto vale tanto para los corales de aguas cálidas, que viven a unas decenas de metros de profundidad como máximo, como para los corales profundos o de aguas frías, que pueden vivir a más de mil metros de profundidad. Hay que reconocer, sin embargo, que las mayores tasas de crecimiento y, por tanto, las dimensiones más grandes, corresponden a los arrecifes de aguas cálidas someras, más comunes y mejor estudiados que sus parientes de aguas profundas. Ciertamente, los arrecifes de coral, antiguos y modernos, pueden alcanzar unas dimensiones extraordinarias, como la Gran Barrera de Coral Australiana, que ocupa un área de 344.400 km2y se extiende a lo largo de 2.300 km de longitud. Otra característica compartida por los arrecifes coralinos modernos y antiguos es su composición caliza, la alta diversidad biológica que albergan, su rol estructurante del ecosistema y unas porosidades y permeabilidades originales elevadas. Estas últimas características han sido clave para que algunos arrecifes de coral antiguos se hayan convertido en trampas de hidrocarburos de gran importancia económica, por ejemplo en Oriente Medio. Los arrecifes se convierten en roca gracias a procesos de disolución, resedimentación, recristalización y transformación química de los materiales que los forman. Estos procesos pueden actuar a lo largo de millones de años, mientras el arrecife va quedando enterrado por efecto de la acumulación de sedimento más recientes, de las variaciones del nivel del mar y de la actividad tectónica. Las calizas arrecifales formadas a partir de los restos esqueléticos de diversas especies marinas existen desde hace al menos 600 millones de años. El típico arrecife anular formado alrededor de una isla volcánica, sin embargo, tiene escaso potencial para la acumulación de petróleo y gas. En este tipo de sistemas arrecifales casi toda la materia orgánica está presente en forma de organismos vivos. Los nutrientes de los organismos muertos son reciclados muy rápidamente. El resultado es que, habitualmente, los arrecifes no producen suficiente materia orgánica en exceso como para generar petróleo y gas. Aún y así, algunos arrecifes fósiles contienen hidrocarburos. De hecho, los arrecifes formados cerca o en antiguos márgenes continentales se cuentan entre los mejores objetivos prospectivos para petróleo y gas. En estos ambientes, las aportaciones de materia orgánica provenientes de las plataformas continentales prçoximas pueden haber generado hidrocarburos, o quedar incorporadas en formaciones margosas poco permeables que actúan de trampa o sello. Un buen ejemplo es la región de Oriente Medio. La Península Arábiga, a lo largo de los tiempos geológicos pasó a través del cinturón ecuatorial varias veces, con condiciones óptimas para el desarrollo de arrecifes en el Precámbrico, el Jurásico, el Cretácico y el Terciario. En el Golfo de Suez, durante el Mioceno (Terciario medio), hace entre 5 y 20 millones de años, en los puntos más elevados de bloques de falla rotados se formaron muchas estructuras coralinas y, en sentido más amplio, arrecifales, en aguas someras. Actualmente, se extrae petróleo de estos arrecifes, aunque en este caso concreto la complejidad de los sistemas de fallas ha impedido el desarrollo de yacimientos supergigantes (más de 1 billón de barriles). También producen hidrocarburos los arrecifes del Eoceno-Oligoceno (Terciario inferior) del norte de Siria, Irak e Irán. En la plataforma de antepaís del Golfo Pérsico, desde Irak hasta Irán, hay un arrecife barrera fósil de 800 km de largo que se formó entre el Eoceno medio (Terciario inferior) y el Mioceno medio. Por otro lado, en el yacimiento gigante de petróleo de Kirkuk, en el Kurdistán, hay 610 m de columna de petróleo mayoritariamente en calizas arrecifales. Todo ello es una muestra no exhaustiva de la relevancia económica que tienen actualmente los arrecifes que se formaron en el pasado geológico de nuestro planeta. |
Miquel Canals
Catedrático en la Universidad de Barcelona En los últimos años se ha dedicado al estudio multidisciplinar del océano en el marco de proyectos internacionales de gran escala como HERMES, HERMIONE y MIDAS, y también en proyectos nacionales. Investiga los efectos de la dinámica oceanográfica sobre el ecosistema marino, centrándose en la transferencia de la señal del cambio global hacia el océano profundo, los procesos naturales de alta energía, el ciclo del carbono y los impactos antropogénicos en el medio marino. Se mantiene activo en los campos de los registros paleoclimáticos, la monitorización ambiental, la biogeoquímica, la sedimentología, la cartografía y los riesgos naturales marinos.. |