Fotografía de
Marta Masdeu |
Stephanie G. Gardner es una amante de la naturaleza y en concreto del mar. Nacida en Sydney (Australia), ha crecido rodeada de azul; ya sea acampando, surfeando o haciendo snorkel con su familia en las fantásticas costas australianas.
Poco a poco fue encaminando sus estudios para saber más sobre el océano. Es licenciada en Ciencias y en Económicas. Terminada la carrera se fue a las Islas Seychelles (Océano Índico) a realizar trabajos de conservación marina donde comprendió de que pese que le encantaba estar en el mar estudiando las comunidades de peces y corales, se estaba desmarcando de la investigación, así que se empezó a plantear estudiar el doctorado. Dos meses después de tomar esta decisión ya estaba de nuevo en Sydney empezando el doctorado. Se centró en cómo los corales pueden usar un compuesto de azufre llamado dimetilsulfoniopropionato (DMSP) como antioxidante, para protegerse del estrés oxidativo, el principal impulsor del blanqueamiento del coral debido al cambio climático. Tu investigación Mi trabajo se centra en la función de una molécula abundante de azufre llamada dimetilsulfoniopropionato (DMSP) en los corales. Esta molécula representa una fracción importante del azufre orgánico en el medio marino y está involucrada en la transferencia de azufre a través de la red trófica marina. Se ha estimado que, en todo el mundo, los organismos fotosintéticos marinos producen más de mil millones de toneladas de este compuesto al año. Los dinoflagelados (Symbiodinium spp.) , socios de los corales escleractinios (corales con esqueleto pétreo) son los mayores productores de DMSP en el ambiente marino, lo que sugiere un papel importante en la salud del coral. Sin embargo, todavía se desconocen las funciones fisiológicas subyacentes y la regulación de DMSP en los corales, pero tenemos evidencia de una función antioxidante para aliviar el estrés oxidativo celular. En futuros escenarios de cambio climático, la intensidad y la frecuencia de las tormentas y el aumento de las temperaturas del agua de mar ejercerán una presión adicional sobre los mecanismos de defensa antioxidantes existentes utilizados por los corales. Por lo tanto, mi trabajo explora si el DMSP puede proporcionar a los corales un mecanismo de protección adicional para prevenir o retrasar el blanqueamiento de los corales. He demostrado que existen diferencias específicas de especie en las concentraciones de DMSP que influyen en la tolerancia de las especies al estrés ambiental y que la función antioxidante de DMSP se conserva desde la escala micro a macro, destacando la importancia del DMSP en la ecofisiología de los arrecifes de coral. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¡Me encanta pasar tanto tiempo en el océano y sus los alrededores; aprender algo nuevo todos los días! No hay un día de trabajo típico para mí, algunos puedo estar en el laboratorio, procesando muestras en varios equipos, otros puedo estar en una isla tropical en el muestreo de agua de coral, algunos días puedo leer literatura y escribir manuscritos, solicitar subvenciones o dar presentaciones sobre mi trabajo o enseñando. La ciencia es muy colaborativa y tengo la suerte de trabajar con científicos de diferentes países y orígenes, con una variedad de experiencias y edades. También me encanta involucrarme con la comunidad y compartir mis experiencias como bióloga marinoa y difundir cómo podemos proteger mejor nuestro frágil entorno marino. Acabas de volver de la Antártida con Homeward Project: ¿cómo lo conociste? Homeward Bound es una iniciativa de liderazgo pionera para mujeres en STEM. Su objetivo es aumentar la capacidad de liderazgo de las mujeres para mejorar su influencia e impacto en las políticas y la toma de decisiones a medida que da forma a nuestro planeta. Es una iniciativa con un alcance de 10 años diseñada para llegar a 1000 mujeres en diferentes etapas de la carrera, desde decanas, profesoras, directoras de organizaciones científicas, etc; mujeres que acaban de recibir su doctorado, a mujeres que trabajan en diversos ámbitos (ingeniería, minería, educación, etc). Éste año 2019 hemos sido una selección de 80 mujeres de 28 países, hemos pasado 12 meses participando en proyectos de colaboración y capacitación en liderazgo, estrategia, ciencia y comunicaciones, que culminó en una expedición de 3 semanas en la Antártida realizada el pasado mes de enero de 2019. A bordo de la expedición antártica, hubo un fuerte enfoque en cuestiones de género en STEM, colaboración de los participantes y un enfoque integral de liderazgo y reúne la capacitación y el entrenamiento que hemos tenido durante todo el año. La primera vez que supe de Homeward Bound fue en las redes sociales, en su página de Twitter (@HomewardBound16). Visité y leí todo en el sitio web (https://homewardboundprojects.com.au/) y al instante me sentí atraída por esta iniciativa y supe que quería formar parte de ella. La visión de Homeward Bound se alinea estrechamente con mis objetivos personales y profesionales para hacer visible, celebrar, empoderar y reconocer el trabajo que las mujeres están haciendo hoy en día, particularmente en lo que respecta a crear un futuro sostenible, para que juntos podamos inspirar a la próxima generación para que tengan líderes inspiradores a seguir. El proceso de solicitud implicó hacer y enviar un video de 2 minutos y responder a un cuestionario en línea. Las solicitudes se abren alrededor de abril de cada año y definitivamente recomendaría a cualquier mujer en STEM que se postule y se una a nuestra red. ¿Cómo ha sido la experiencia de compartir barco en la Antártida con 79 mujeres? La atmosfera a bordo era inolvidable. Fue el grupo más solidario, seguro y de confianza del que he tenido el privilegio de ser miembro. Hubo un increíble sentido de pertenencia y respeto mutuo, que es notable dada la diversidad de mujeres, provenientes de 28 países diferentes, en un amplio rango de edades (desde los 20 hasta los 60), en diferentes etapas de la vida y de la carrera, lo que engloba diferentes orígenes y culturas. A pesar de estas grandes diferencias, el terreno común que pudimos encontrar fue simplemente asombroso. La Antártida nos dio la oportunidad única de conectarnos y conocernos sin las distracciones del trabajo o las otras complicaciones de la vida (sin teléfonos ni Internet). De hecho, tuvimos más tiempo para conocernos, lo que nos permitió profundizar y formar fuertes vínculos. Para mí, este fue un fuerte recordatorio de la importancia de establecer relaciones auténticas y duraderas. Experimentar la Antártida con estas mujeres fue muy memorable porque solo muy pocas habían visitado anteriormente la Antártida, así que realmente sentí que era experimentar y explorar un lugar completamente nuevo con 79 de tus mejores amigas. Disfruté especialmente viendo y siendo parte de las reacciones de todas ante nuestro primer iceberg. Realmente fue una experiencia muy única y especial con recuerdos inolvidables. ¿Alguna experiencia que te haya cambiado la vida durante el viaje? Sí, todo el viaje me cambió la vida. En formas que no esperaba ni estaba preparada, pero fue una sorpresa y un regalo increíbles. Quizá la mayor experiencia a destacar fue cuando presenciamos el verdadero silencio. Estábamos en la isla Danco, y después de caminar una montaña de 200 m con la nieve hasta las rodillas (por primera vez para mí), encontramos una gran área donde todas teníamos nuestro propio espacio, con vistas de 360 grados de paisaje antártico alrededor y debajo de nosotras. El sonido del silencio completo era impresionante. No existía un solo ruido, y al parecer, la Antártida es uno de los pocos lugares en el mundo en que puedes experimentar esto. Incluso la mecánica del obturador de una cámara o el zoom que interrumpía el momento parecía increíblemente alto, podías escuchar tu propio latido del corazón. De manera intermitente se escuchaban las ballenas jorobadas respirar; o el estallido de un glaciar al romperse, generando una enorme onda de choque a través de nosotros, haciendo eco en toda la bahía, imposibilitando conocer el origen. Hasta que vimos la avalancha de hielo, caer el agua, creando un mini tsunami. También vi mi primera orca, un animal que he esperado ver desde que tengo memoria. El segundo encuentro fue espectacular cuando unas 20 orcas, incluyendo un par de crías, a la proa del barco. Cuando el barco se acercó con cautela, pudimos ver que las Orcas del centro estaban durmiendo, mientras que unas pocas hembras patrullaban los bordes exteriores. Cuando el barco se acercó, tres hembras se despegaron del grupo y se acercaron, aparentemente vigilándonos, antes de regresar al grupo para dormir, satisfechas de que nuestra presencia no era una amenaza. ¡Eso fue increíble! Otras experiencias fueron ver los pingüinos Papúa, de Barbijo y Adelaida en nuestros desembarcos, numerosas ballenas jorobadas, cangrejos, focas de Weddell y Leopardo, Petreles y el gran Albatros errante. Disfrutamos comparando los comportamientos de los pingüinos en su hábitat natural con los del ser humano. Por ejemplo, si te caes, levántate y continúa. O por ejemplo algunos pingüinos fueron cautelosos antes de entrar al agua, ¡pero otros simplemente se lanzaron directamente! Siguen fielmente los pasos de un líder. ¿Qué objetivos has desarrollado desde que participaste en el programa? Muchas de nuestras conversaciones y el contenido del programa se organizaron en torno a 3 partes: uno mismo, los otros y el colectivo. Tengo objetivos específicos en cada uno de estos. Para mí, mi objetivo es centrarme en el autocuidado y la autoconciencia. Para los demás, mi objetivo es empoderarlos e inspirarlos para que conviertan las intenciones en acciones, particularmente en lo que respecta a recaudar fuerzas para conseguir un cambio. Y como un colectivo unido de Homeward Bound, quiero seguir aumentando nuestra visibilidad y usar nuestra voz colectiva para aumentar el número de mujeres en puestos de influencia en un futuro mientras trabajamos hacia un futuro más sostenible. Aprendí mucho durante mi tiempo con Homeward Bound, y estoy muy emocionada por incorporar en mi vida lo que aprendimos. Sé que siempre he apreciado el poder del colectivo, pero ahora realmente me doy cuenta del impacto que podemos tener si trabajamos juntos. ¿Planes de futuro? Me acaban de ofrecer un trabajo de investigación postdoctoral en Sydney, Australia, en la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW). Este trabajo ha sido posible gracias a la subvención del Australian Research Council Discovery Project y una del Gobierno de Australia. El objetivo general de este proyecto es cuantificar los impactos de la tropicalización costera en las redes tróficas marinas, la biodiversidad y las funciones de los ecosistemas, incluida la productividad. En otras palabras, observar cómo el movimiento de las aguas cálidas permite la llegada de especies de peces tropicales o de aguas cálidas, lo que disminuye a los productores primarios, como las algas marinas, causando una gran pérdida de estas especies, y cuantificar las consecuencias generales de estos cambios para la función del ecosistema (como la producción primaria). |